Opinión en El Tiempo, noviembre 27 de 2008

Sólo cabe en la cabeza de los muy ignorantes y demasiado incautos seguir defendiendo todavía a estas horas a un personajillo tan rastrero y vil como David Murcia, quien construyó su enorme riqueza mal habida a costa del fracaso de los débiles. No justifico de ninguna manera al gobierno, que en este proceso ha cometido innumerables e imperdonables errores, pero sí sostengo que nadie medianamente sensato y con algunos principios morales básicos puede estar del lado de los hampones avivatos que pescan en el río revuelto de la pobreza. Aclaremos que David Murcia no representa ninguna reivindicación, ningún proyecto social, nada bueno para las masas populares. Es apenas otro charlatán mafiosillo y bellaco como Escobar, como Rodríguez Gacha, como tantos que ha producido este sufrido y folclórico país...