Opinión en El Tiempo, enero 22 de 2009

El presidente Obama no puede pretender que por la vía de los paños de agua tibia se cambia la historia en serio y de verdad. Si quiere cumplirle a su pueblo y a la humanidad, debe aprovechar el inmenso capital político con el que cuenta hoy para hacer efectivas ahora mismo decisiones históricas inaplazables como la clausura inmediata, no en doce meses, del campo de concentración de Guantánamo; el cese total de las hostilidades contra Afganistán, Irak e Irán y el retiro del ejército de EUA de cualquier estado extranjero; la desaprobación coercitiva del belicismo israelí contra los palestinos, y la firma consecuente del protocolo de Kioto para detener y corregir la destrucción del medio ambiente. Así y con otras medidas heroicas se reorienta el curso de la historia. Lo contrario es seguir el camino desgastado y sin retorno de Bush.