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¿Por qué este blog? Quienes experimentamos con sensibilidad el presente estamos obligados a aprovechar las facilidades y ventajas ofrecidas por Internet para expresar nuestros conceptos y criterios, los cuales de otro modo pocos conocerían. En este espacio manifiesto sin ambages mis puntos de vista sobre varios aspectos de la realidad: filosofía, política, economía, sociedad, cultura, ciencia, tecnología, medio ambiente, etc., con preocupación especial sobre los sucesos actuales que tienen como escenario al país

domingo, junio 10, 2012

El Patrón del Mal

La producción televisiva de Caracol "Escobar, El Patrón del Mal" a pesar de sus poses pedagógicas y moralizadoras tiene innegablemente un dejo apologético censurable. Pablo, el mafioso corruptor que reptó hasta el parlamento, que inauguró la violencia narcoterrorista como estilo propio y que se codeó con el "jet-set" poniendo en jaque a gobierno, congreso, justicia, policía, ejército y prensa, fue un asesino cruel y despiadado, no un "bacán" benefactor. Fue la encarnación por excelencia del oportunismo y del avivatazgo de los paisas y se nutrió de los dólares de la droga como un verdadero vanguardista del "negocio" durante la fase inicial del auge de este grave problema (porque el asunto ha continuado y cada vez va peor...). El patán se alimentó de la seudoprohibición y de la seudoguerra contra los sicotrópicos sin fórmula, según estrategia proteccionista fallida "Made in USA" absurda como pocas, que aceptamos e implementamos sin chistar por estar acostumbrados a arrodillarnos a todo lo que ordena el "Coloso del Norte". Al referirse a la serie, Antonio Caballero hace hincapié sobre el castellano que hablamos - en realidad una jerga rimbombante plagada de "narcologismos" que ya contagiamos a otros latinoamericanos (verbigracia argentinos y mexicanos)-. Esto es importante. Valdría la pena explorar la cuestión porque el lenguaje habla no sólo de las cosas sino de las personas, de su alma y de cómo se transmiten valores y desvalores de una generación a la que sigue. Como lo explicó recientemente Fernando Vallejo, el español que hablamos aquí es tan decadente como nuestra sociedad (a la cual califica de un "ocaso que no tuvo amanecer"). En fin, me resulta repugnante además que en el seriado presenten maquillado a Luis Carlos Galán Sarmiento como un ideólogo visionario incorruptible, como el Némesis heroico de Escobar, como un adalid mítico de la talla de los que hicieron historia con Bolívar... Pues no, era otro hijo de puta de la burguesía, otro vendepatria como Lara y como el periodista Cano, último éste que aupaba a los dos pichones del Nuevo Liberalismo (el mismo viejo liberalismo, nada diferente) para que se enfrentaran a ladridos al flamante jefe de los sicarios de las comunas nororientales (la pelea de los ricachos con ínfulas aristocráticas contra los emergentes, el eterno novelón de la clase dominante criolla que vive un argumento de "telebobela" que da risa). Entre todos ellos - escobares, ochoas, ledheres, rodríguez, galanes, laras, canos y demás patanes e idiotas -, inauguraron el último capítulo de nuestra historia, el que estamos viviendo todavía, el de la vulgaridad mafiosa, el de Uribe Presidente (dos veces)- el tenebroso patrón que le da en la jeta a cualquier marica -, y el de alias Fritanga y sus fiestas por ejemplo...