La ministra del Medio Ambiente ha calificado la reciente matanza y el desmembramiento de más de dos mil tiburones por pescadores costarricenses en Malpelo como un hecho "alucinante". A mí en realidad es la inercia de la armada la que como colombiano me resulta una falla inexplicable y propia de locos. El cruel ecocidio no será asumido por nadie. Nadie lo pagará como sucede siempre con los atentados contra la naturaleza. Pero la incapacidad de las fuerzas armadas de Colombia para defender nuestra soberanía no tiene perdón de ninguna clase. Deben rodar cabezas en ese estamento. ¿Qué va a hacer la procuraduría general de la nación al respecto? ¿Qué harán los zánganos militarones?
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