Después de varios años de besamanos, genuflexiones y arrodillamientos ante el Gran Imperio, por fin Santos vio realizado el sueño uribista de entregar el país y su economía a los gringos a través del TLC. Que se preparen entonces los pequeñoburgueses, los empresarios medianos y pequeños y el pueblo que aplaude a los corruptos que lo gobiernan para la debacle que se iniciará a renglón seguido. Muchos sectores de la economía criolla simplemente desaparecerán y nos convertiremos en importadores de todo, sin crecimiento y sin empleo. Aquí los ganadores serán pocos. Allá, al norte del río Grande, muchos. Un terrible paso hacia atrás que registramos con tristeza patria...
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