Soho no es más que un intento mediocre, fallido por supuesto, de emulación criolla de las publicaciones extranjeras estereotipadas que retenden "comunicar erotismo con clase" sin llegar siquiera al nivel paupérrimo de los pasquines pornográficos.
Es una revistilla barata muy al estilo de los desvalores burgueses rastreros y decadentes que a todo y a todos le ponen precio en Colombia.
No vale la pena que Florence Thomas se desgaste intentando educar al director, el yupie que posa de "enfant terrible" y a sus avivatos socios comerciales, los neoempresarios "iconoclastas" y "avant-garde" que engordan publicando sandeces alienantes, en su santuario de prostitución estrato seis...
¿Por qué ojeo a veces Soho? Por aburrimiento y morbo, nada más...
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