Ya no hay nada que hacer...
Ahora nos tocará encomendarnos al mesías paraco y que nos cojan confesados...
Al fin y al cabo, como decía mi abuelita: "Para lo que es mi hija, bueno está mi yerno...".
Es que eso es lo que somos, "ahí estamos pintados"...
Nos gusta el mugre, nos gusta el desorden, nos gusta la guerra, nos fascina la ignorancia...
Somos proclives a la superstición y nos tragamos los ensalmos...
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