La ganadora del domingo fue, de nuevo y sin lugar a dudas, la abstención.
Sólo votó la tercera parte de la ciudadanía habilitada que, según el último censo electoral, somos casi 30.000.000 de personas.
Como consecuencia, un presidente electo por apenas 9.000.000 de votantes, menos de la tercera parte, como sucede con Santos, no puede ser legítimo en términos políticos y morales.
Podrá ostentar el mando de aquí en adelante, pero lo hará como consecuencia de una abstracción jurídica basada en la conveniencia patológica de quienes manipulan el sistema para derivar ganancias.
El raquitismo de la democracia colombiana por supuesto les favorece a los politiqueros de siempre.
El raquitismo de la democracia colombiana por supuesto les favorece a los politiqueros de siempre.
Eso es precisamente lo que quieren ellos: que sean pocos y muy manipulables quienes los eligen.
Es un hecho innegable que la apabullante mayoría de los electores del domingo y en particular la apabullante mayoría de quienes apoyaron a Santos se componían así: 30%, personas interesadas en la política como en un negocio y 70%, personas insensatas manipuladas e incautas.
2 comentarios:
Casrlosé me pregunto si tu eres el mismo que escribía en el tiempo hace unos años. Si lo eres por favor comunícate conmigo al correo cubillos.murcia.natalia@gmail.com. Me urge saber de ti por motivos de mi tesis. Mil gracias.
Publicar un comentario